Sobrinos

31 de agosto. Xalapa, Veracruz. Casa de los padres.

Ayer, viernes 30 de agosto de 2024, nació mi sobrino Martín. Todos esperaban que naciera el lunes 2 de septiembre pero él decidió nacer cuando él quiso. Nació un año y 29 días después que su hermana mayor, Sinaí, quien es la primera hija de mi hermana, la primera nieta de mis papás, la primer bebé desde hace unos muy buenos años, la primera sobrina.

Sinaí tiene un carácter fuerte, de hija mayor consentida, como no podría ser de otra forma. Martín aún es muy pequeño pero, desde ahora, se ve la diferencia de carácter con su hermana. Él es más tranquilo, duerme mucho y llora poquito. Sinaí lloraba mucho más, imponía condiciones y se hacía notar. Parece que mi hermana no aprendió del trauma de llevarse poco tiempo con su hermano.

Ella es mayor que yo por un año y tres meses. Ella siempre por delante de mi en todo, en la escuela, en la vida, en la familia etc. Cuando tu hermana mayor saca dieces por todos lados, se porta bien y obtiene todo lo que quiere; ser el segundo se complica un poco. Ahora, ya con muchos años de vida y otros tantos de vivir en lugares diferentes, la relación es distinta, aunque la maldición parezca repetirse con los sobrinos.

Hoy viajé para conocer a Martín en sus poco más de 24 horas de nacido. Bienvenido, querido sobrino bebé, hoy me vez en muletas y con la pata cucha pero ya después caminaremos, jugaremos, correremos, nadaremos y haremos mil cosas nosotros solos y con tu hermana. Con tus papás quién sabe, a lo mejor los invitamos.