Pre operación

7 de septiembre. Ciudad de México, colonia Del Valle.

Ya está casi todo definido. Es un hecho la operación, la familia ya sabe, también los más cercanos. Incluso ya se planteó la fecha para la cirugía: el 19 de septiembre. Poco más de un mes después de la lesión, llegará la operación. Qué verso de mierda.

Va a ser mi segunda operación en las rodillas; la segunda también en la rodilla izquierda. Va a ser la primera aquí en CDMX, ya me han sacado muelas del juicio en Puebla y en Barcelona, ya era justo un procedimiento con sedante de por medio aquí en la casa actual. Incluso los tatuajes han sido en Puebla y aquí, faltando Xalapa y Barcelona de los respectivos hogares; aunque en Barcelona me perforé la oreja.

El asunto es dejar sangre, una especie de sacrificio por cada momento que uno pasa en la tierra donde uno vive. Conocer las clínicas, los hospitales, los quirófanos de un lugar también es parte de sentirse de ahí, de sentirse propio. Así se pueden valorar los servicios, la atención, los costos, las referencias de los amigos y conocidos que van diciendo en dónde sí, en dónde no; con quién está bien ir y de quién hay que alejarse.

¿Todo esto me hace más de aquí, más chilango? Es casi como recorrer varias veces todo periférico de norte a sur y viceversa, como saber debatir con argumentos acerca de las mejores taquerías de la ciudad – Los Ricos Tacos Toluca y El Gran Abanico, no hay duda -, o si no como buscar la mejor pulquería, la mejor cantina, la mejor barbacoa, etc. También hay que buscar a los mejores doctores desde la relación costo/beneficio, las mejores clínicas para operarse, entendiendo que hay unas carísimas y otras de dudoso origen y práctica. El chiste es encontrar un equilibrio de todo basado en la recomendación, la experiencia, la urgencia y la capacidad.