Autor: Josep Plá.
Año original de publicación: 1928
Uno de los autores catalanes más importantes del siglo XX, con una obra extensa sobre viajes, ciudades, crónica cotidiana, gastronomía y costumbres. Josep Plá nunca se decantó por un catalanismo separatista ni exacerbado, fue de los moderados que coquetearon con cierta derecha catalana y española; quedando entre franquistas y comunistas con exilio interno incluido. Plá, en su conducta moderada, nunca dejó indiferente a nadie; su narrativa sigue siendo necesaria y su obra reconocida con el tiempo dentro la misma identidad de Catalunya.
En Cartas de Lejos, Plá relata su punto de vista de todo un viaje que emprendió por Europa. Desde Francia hasta Suecia pasando por Alemania, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Noruega. Describe los paisajes, urbanos, rurales, marítimos y ferroviarios; desde la campiña francesa hasta los fiordos escandinavos. Josep Plá se fijó en los pequeños detalles de la vida, los colores, sabores y olores de cada día en las diferentes ciudades y villas donde se hospedó. Al principio se hacen lentas las páginas, pesa seguir el hilo de las ideas pero después de una rato, se agiliza de forma tal que no es fácil parar. Es como si la vorágine de hoy nos impidiera entrar de una en el relato pero se vuelve un oasis de calma poder encontrar el ritmo que el autor seguro pensó y logró en su obra.
Con un toque de humor y sarcasmo – ojo a lo que dice sobre los mejores vinos de Inglaterra –, Josep Plá pone su personalidad al descubierto. La calma con la que veía las cosas, esa contemplación parsimoniosa que invita a sentarse con él y pedir un café, una copa de vino o una cerveza de acuerdo al sitio y la hora del día. Las reflexiones que obtiene de la distribución urbana de las ciudades, de la arquitectura y la gastronomía local demuestran la lucidez de Plá para leer entre líneas; reiterando su interés en las pausas, en los detalles, en los silencios. Más allá de ciertas obviedades en las que pudo haber caído por los prejuicios hacia cada país, hay conclusiones atinadas hacia el ritmo de cada ciudad, sobre la importancia de la naturaleza y el estilo de vida en cada lugar.
Algo a destacar es la relevancia que le da a la comida y a la bebida. Un Anthony Burdain catalán de principios de siglo XX que nunca se atrevió a ser tan radical pero que disfrutó de los trayectos lentos y largos en tren y barco. Dentro del contexto que merece cada una de sus líneas, envejecieron mal ciertas oraciones sobre las mujeres y sus puntos de vista al respecto de su independencia y autonomía. Sigue siendo un retrato de la época que se entiende dentro de la misma y podemos ver la evolución que hemos tenido casi cien años después.
Josep Plá es un ícono de la literatura catalana, un personaje lleno de claroscuros desde su origen literario hasta el día de su muerte. Sus crónicas son testimonio de una Europa que ya no existe, de unos valores que han evolucionado hacia rumbos entonces inimaginables. Plá es parte de esa misma identidad catalana: curiosa, multicultural, que aprecia los viajes, los libros, la comida, los vinos y las buenas charlas, de opiniones tajantes pero oídos dispuestos a escuchar. Josep Plá merece ser leído, releído, criticado, interpelado y abrazado desde los distintos puntos de vista que se puedan abarcar.





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